De la vendimia a la navidad

Desde Marzo andamos encerrados. Para los que tienen la misma suerte que yo, literal no nos hemos movido de la casa para trabajar. No por falta de trabajo, sino que todo ha sido hasta ahora 100% remoto.

Esto, debo decir, que ha sido super bueno por muchos factores evidentes. Los malos, creo que los conocemos todos, el encierro, la claustrofobia social, las quejas en redes sociales, los discursos a la hora de almuerzo, aguantarnos las ganas de estar con nuestra familia, amigos, no poder hacer nuestros planes, viajar y un largo etcétera.

Pero regresando a lo bueno, debo valorar que este tiempo me ha dado la oportunidad de conocer en profundidad algo que me encanta. ¿Leer?, ¿la transformación digital?, ¿estudiar otra carrera?, ¿recibir la composición detallada de mi ADN?, ehhh... nop.

El vino. #DePieYAplausos.

El que me conoce sabe que esta "afición" no es nueva, digamos que ya la he ido "añejando" durante varios años. He llevado algunos cursos de cocina y maridaje donde claramente la cocina no dejó mucha huella, pero el maridaje lo aprendí a la perfección. #LaMejorAprendiz

Así que durante este tiempo, en mis 80m2, me he dado el tiempo de probar vinos de todos los sitios y cepas que he encontrado, quiero que entiendan que muchísimo que hacer no había así que los viajes eran a través del paladar. (Esto va para mi futura yo juzgándome por escribir esto)

Mis preferidos siempre serán los españoles y luego los argentinos, sigo hablando de vinos por si acaso. Luego de este tiempo también puedo decir que los peruanos han mejorado muchísimo y cada año me gustan más, sobre todo los de la cepa tanat. Creo que están haciendo bien la tarea, solo no se metan en política. #AQuienLeCaigaElGuante

Algún día escribiré una detallada descripción de cada vino, no puedo hacerlo hoy porque lo cierto es que no he apuntado nada, creo que ahí me faltó visión lo admito; pero seguro no tendré problema en volver a recapitular cada uno de mis pasos y esta vez con seguridad tendré un instinto más... académico y estadístico. #LoPrometo

Pero bueno a todo esto, aquí el punto es que luego de todo este research empírico (sin tomar nota), lo que sí conseguí fue un montón de botellas vacías que he reciclado responsablemente y además muchos corchos.

Amo los corchos, desde hace algún tiempo los iba acumulando en una cajita que servía de adorno en la sala de mi departamento, ahí está, orgulloso, con todas las medallas de guerra. En serio la veo y me siento orgullosa. Me miro al espejo, me señalo a mi misma y digo: YO. ;)

Pero este orgullo un día se volvió preocupación, un día de pronto esa cajita se llenó y eso me estaba trayendo muchos problemas (uno más en el encierro); así que como siempre digo: Yo no me pre-ocupo, sino que me ocupo, eso hice. Me ocupé de ello.

Prontamente tomé mi Pinterest para entregar más y más datos gratis a las empresas de redes sociales y busqué qué hacer con tantos corchos.

Y así encontré algo que se acomodaba perfectamente a mi destreza y habilidad manual #SoloLíneasRectasYSilicona.

Así que luego de esta vendimia pandémica, ahora les puedo contar que tengo nuevamente una cajita casi vacía para seguir llenando y además nuevos adornos etílicos para la navidad.

Fuera del punto anecdótico, ha sido importante para mí darle un tiempo a temas manuales, por más sencillos que sean. Al menos ha podido salir de mi ser algo de creatividad y por qué no parte de mi extraña personalidad, que va desde el estilo minimalista, hasta el rococó churrigueresco. Así soy yo, blancos y negros que hacen un perfecto morado.

En fin como diría Sabina: "Que el fin del mundo nos pille bailando", y también tomando un buen vino y siempre satisfechos con lo que entregamos a este mundo.

No crean por favor que me tomé los vinos de todos los corchos que han servido para mis arbolitos, en realidad también hubieron vinos blancos y ya saben que muchos de ellos tienen tapa rosca.

¡Paz y buena semana!

Nota al pie: No es cierto, los corchos los he ido acumulando varios años. :)